Demencia senil

Alfredo Daniel Lopez

 

 

 

Demencia senil


En un oscuro agujero
negro como ébano puro,
a su mente dan cianuro 
y la vuelven un huevo huero. 
Vacío está su granero. 
Pérdidas ya sus cosechas.
Se le abren enormes grietas
entre su hoy y su pasado. 
Le duele no haber dejado
todas las cosas bien hechas. 

Barba larga y pelo cano,
para el mundo es una carga, 
pero es su hijo quien se encarga
que se sienta aún humano. 
De la vida es veterano
pero a nadie reconoce
y si le hablas quizá esboce 
una tímida sonrisa, 
en su universo no hay prisa...
nada le produce goce.

Por él sufre su familia
y lo llevan a un asilo
para que viva tranquilo
y esté en continua vigilia.
Con el mundo se concilia
cada vez que llega su hijo,
para éste es un acertijo
cómo encontrará a su padre.
No hay manera que le cuadre
lo que el médico predijo. 

Es la escarcha de los años
quien consume sus recuerdos, 
quien hace su andar hoy lerdo, 
quien le inflinge tantos daños.
Hacen poco los apaños
que de terapia le ponen,
no creo que solucionen
su perdida de memoria.
Que se siente como escoria... 
no implica que lo abandonen. 

 

Alfredo Daniel Lopez
El guardián entre el centeno
Barcelona España 

 

 

 

 

 

 

 

 

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