Rima XIII

Felicio Flores

¿Acaso nuestro amor murió de sed
a la orilla de nuestras bocas?
¿Dónde está? ¿Adónde fue?

¿Qué mano surca el mar de tu piel?
¿Qué pesar me hunde y me ahoga,
con una soga atada a los pies?

El amor que horadaba la sien
con la miel en la saeta silenciosa,
ha muerto amargo como la hiel.

Se apagó como en el ciego mi tez;
¿qué ojos velarán por mí ahora
que mis ojos hundidos no ven?

¡Oh muerte!, llévame de una vez;
que nada quede, ni la sombra
de lo que un día este amor fue.

—Felicio Flores.

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Comentarios1

  • EmilianoDR

    El amor que horadaba la sien
    con la miel en la saeta silenciosa,
    ha muerto amargo como la hiel.

    De la miel a la hiel Felicio.
    Gracias y saludos.



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