CRISTO EN LA FRONTERA

JUSTO ALDÚ


Venía descalzo,
con la piel reseca del desierto
y el corazón en harapos.
No llevaba más papeles
que sus llamas abiertas
y un nombre escrito en la lengua del polvo:
Yo Soy.


Ningún muro lo detuvo,
pero todas las miradas lo empujaron de vuelta.
Los centinelas del alma
no sellaron su pasaporte.
Su cruz era una mochila invisible
llena de paneles que nadie quiso partir.


En cada alambrada sus pies sangraron
como en el Gólgota,
pero esta vez no lo crucificaron,
solo lo olvidaron de pie,
como a un bulto sospechoso
al margen de la misericordia.


Él tocó a la puerta del alma,
pero adentro había luces apagadas,
rosarios colgados sin uso,
y una oración dormida en la garganta.
"No tenemos espacio", dijeron.
Y él se hizo polvo, otra vez.


Cristo hablaba en acentos rotos,
con la voz de la madre que huye,
del hijo que carga a su padre viejo,
de la niña con miedo.
Eran todos y ninguno.
Pero en la frontera lo llamaron extraño.


Y aún espera,
bajo un cielo sin bandera,
que alguien le ofrezca su carne como abrigo,
su mesa como templo.
Porque cada alma es una aduana,
y él, el migrante eterno,
camina buscando un corazón sin sellos.

 

JUSTO ALDÚ

Panameño

Derechos reservados / abril 2025

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Comentarios +

Comentarios7

  • Rafael Escobar

    Magníficas y solidarias palabras para aquellos seres que pir una u otra razón se ven obligados a abandonar sus lares y marchar hacia nuevos horizontes. Mi fraterno saludo lleva mi admiración a tu linda piesía; y mi fraterno saludo a tu apreciada amistad.

    • JUSTO ALDÚ

      Muchas gracias Rafael por tu visita, lectura y comentario en el poema de hoy.

      Recibe un abrazo.

      JUSTO

    • Lualpri

      Gracias por tus letras, estimado Justo.

      Un abrazo.

      • JUSTO ALDÚ

        De nada Lualpri. Gracias por tu lectura y comentario.

        Saludos.

      • ElidethAbreu

        Gracias Justo por abordar este tema tan humano de manera magistral.
        Abrazos y feliz y gracias 😊

        • JUSTO ALDÚ

          Gracias a ti Elideth por leer y comentar.

          Saludos

        • Dr. Salvador Santoyo Sánchez

          Porque cada alma es una aduana,
          y él, el migrante eterno,
          camina buscando un corazón sin sellos.

          Realmente conmovedoras tus letras.
          Cristo esta ahí y no le hacemos caso.

          Saludos poeta amigo Justo Aldú

        • El Hombre de la Rosa

          Tu preciada pluma borda las estrofas geniales de tus hermosos versos estimado poeta y amigo Justo Aldú
          Saludos desde Torrelavega
          El Hombre de la Rosa

          • JUSTO ALDÚ

            Gracias Críspulo por tu lectura y comentario.

            Saludos

          • pasaba

            Hermoso y tierno poema, espejo de tu espíritu.
            Un abrazo y feliz jueves de Pascua.

          • María C.

            Buen clamor y ojalá desaparezcan esas FRONTERAS tan malditas.

            Un abrazo



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