El sueño

                                                                 "Sólo al soñar tenemos libertad, 

                                            siempre fue así y siempre lo será."

Giro la cabeza y te veo a mi lado.
Vuelvo a mirar para cercinarme, pues no me creo que esto este pasando.

Si, estas aquí. Mirandome como si fuera lo más bello que jamás hayas visto.
Me sonries, y no puedo evitar enrojecerme.
Todo es tan extraño.

De repente clavas tu mirada en la mía.
Siento que en breves el corazón se me saldrá del pecho.
Pero no importa. Nada importa en estos momentos.

Me acaricias el rostro, dulcemente, con tus yemas.
Como si tubieras miedo a dañarlo.
-Te quiero- me susurras al oido.

Me sonries mientras pasas tu dedo por la comisura de mis labios.
Demasiada emoción para este corazón tan falto de ellas.

Estoy apunto de desmayarme cuando acercas tu rostro al mio,
sin apartar en ningún instante la mirada, y posas tus labios sobre los mios fundiendonos en un beso.
Ese beso con el que tantas veces soñé y anhelé.

Te miro. Como siga mirando, tu sonrisa, acabará volviendome loca.

Me miras y me susurras: -sabes que esto es un sueño, de nada sirve soñarme si en realidad nunca seré tuyo.
Pero no veo ningun resquicio de maldad en esas palabras.

-¿Entonces poqué aquí si lo eres? ¿porqué me dices que me quieres?- te pregunto.

De repente abro los ojos y vuelvo a la realidad.
Demasiado estaba durando mi felicidad.

Sin pensarmelo dos veces cojo un pequeño espejo de encima de mi mesa y lo estampo contra el suelo.
Espero no haber despertado a nadie.

Cojo un trozo de cristal.
Giro mi brazo izquiero dejando mis venas al descubierto.
 
Cierro los ojos y clavo el cristal en él.
Repito lo mismo con el derecho.
-Bueno, al fin y al cabo, no ha sido tan dificil.- me digo.

Me tumbo en la cama, siento fluir la sangre fuera de mi cuerpo.
Que sensación tan extraña.

Empiezo a marearme y me adentro en el mundo de los sueños.
Dónde te veo quieto, esperádome en el mismo lugar que antes.

-Si solo te puedo tener aquí, entonces soñaré para siempre.
Esta es la única realidad que quiero vivir.-

Se produce un gran silencio.
Te miro.
Me miras y me envuelves en un abrazo.
Un abrazo que toca y calienta mi alma.