Hay quienes nacen sin que los esperen,
cuando la vida aún no ha hecho espacio,
y el reloj no ha dado permiso.
Llegan antes,
como advertencia de que el mundo
también se construye a destiempo.
Hay quienes crecen sin nombre definido,
sin herencia de orgullo,
sin abrazos programados,
y aprenden a amar
antes que a confiar,
a resistir
antes que a entender.
Hay quienes aprenden a ser fuertes
sin que nadie les enseñe,
porque ser frágil en ciertos hogares
es un lujo peligroso.
Y lloran hacia adentro,
como se llora donde nadie escucha.
Hay quienes beben para olvidar,
y oran para recordar quiénes son.
Pelean consigo mismos,
con su reflejo,
con un padre que no estuvo,
con una infancia que todavía duele.
Hay quienes no tuvieron héroes
y se hicieron uno con los golpes.
Jugaron a ser Robin Hood
con una rama seca,
y se escondieron tras poemas
que no eran versos,
eran gritos disfrazados.
Hay quienes no sabrán nunca
cómo seguir adelante,
pero igual lo hacen.
Porque no hay opción.
Porque hay hijos.
Porque alguien, alguna vez,
los llamó por su nombre
y no por sus errores.
Y sí, hay quienes escriben.
Pero también hay quienes
aman en silencio,
perdonan sin público,
se levantan sin aplausos,
y siguen sin saber por qué…
solo porque aún respiran.
Esto le pasa a quien vive,
a quien cae y no quiere quedarse,
a quien carga con historias
que nunca pidió,
y aún así,
las transforma en luz.
-
Autor:
Wilma (Seudónimo) (
Offline)
- Publicado: 19 de abril de 2025 a las 20:20
- Categoría: Perdón
- Lecturas: 11
- Usuarios favoritos de este poema: EmilianoDR, El Hombre de la Rosa, JAGC
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.