He de arrancarme este dolor
de mi cuerpo de amor febril,
de mis ojos de muerte color,
llorando lágrimas carmesí.
He de arrancarme este dolor
con las manos en el corazón,
como quien arranca una flor,
y sola y seca muere en el sol.
He de arrancarme este dolor
de la raíz de mi alma afligida,
y matar así la flor del amor
que crece rodeada de espinas.
He de arrancarme este dolor,
aunque la vida solo me deje,
y solo me quede eterno adiós,
y quizá Dios allá me espere.
—Felicio Flores.
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Autor:
Felicio Flores (Seudónimo) (
Offline)
- Publicado: 20 de abril de 2025 a las 11:21
- Categoría: Triste
- Lecturas: 7
- Usuarios favoritos de este poema: Javier Julián Enríquez
Comentarios1
Muchas gracias, Felicio, por compartir este bello poema. Se puede apreciar que transmite una reflexión sobre la lucha interna contra el dolor, entendido como una parte inherente al ser. El/la poeta expresa su anhelo de erradicar esta aflicción, comparándola con una flor marchita. La metáfora central, tal vez, reside en la dualidad amor/dolor, donde el amor, paradójicamente, florece entre espinas. De esta forma, la búsqueda de alivio se proyecta hacia una trascendencia final, un encuentro con lo divino tras el «eterno adiós».
Un cordial saludo y un fuerte abrazo
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