El Precio del Valor 🗣️😓

El desprecio es la ceguera de los que escarnizan a tientas al individuo modesto, y su látigo de 
inhumanas crueldades sin contrición flagelan con inclemencia la moral humana.

Se erigen muros de egoísmo, donde la empatía, pidiendo a gritos ser rescatada de la profunda fosa
se ve eclipsada por una hipocresía disfrazada de caridad por unos canallas sinvergüenzas que se mofan de la sola
idea de condescender hacia el projimo

Son ruines zariguellas que hurgan y roban los bienes ajenos, rastreros inmundos, que insensibles a los gritos 
de socorro, hacia la súplica de la súplica de la fraternidad desesperada. La ocultan, ultrajada, tras máscaras de orgullo y desdén.

Ay de aquella voz reformista y valiente, que con versos golpeé sagazmente la verdad, desnudando las atrocidades
con certera palabra, pués será callada por la fuerza con su verbo convertido en navaja, y opacada por su
misterioso e insondable deceso.

La chispa tenue en la oscuridad, tenaz se rehúsa a ser sofocada, augurando algún día ser lumbrera de unión. Y tras 
la desvanecida compasión yace una semilla de concordia, que con frecuente maltrato es obligada a no germinar.

En la penumbra de la sumisión, donde los corazones nobles conocen la verdad, late el miedo en sus pechos como un 
tambor sombrío, pues la voz que desafía la autoridad gubernativa es rápidamente sofocada.

Los labios se sellan, no por falta de valor, sino por la sombra del castigo que acecha a quienes osan desvelar la 
falsedad de una sociedad que excomulga a sus disidentes.

Los justos, con la verdad ardiendo en su pecho, son obligados a esconder su llama, por miedo a que su luz revele 
demasiado y provoque la furia de los opresores

Así, los días pasan en un silencio amargo, donde las palabras no dichas se convierten en cadenas, y la verdad, 
aunque clara y brillante, se oculta bajo un manto de prudencia impuesta por el miedo.

El coraje es un lujo que pocos pueden permitirse, y la verdad, una espada de doble filo, cuyo costo puede ser 
la paz de la noche, o la seguridad propia, y de los seres amados...