Hay un calendario en tu habitación.
Hay un reloj: te despierta cada mañana.
Cierras la puerta,
y te apresuras a cerrar la reja.
Una hoja cae y queda suspendida,
en su caída se preguntó:
“¿La vida responde a un calendario?”
“¿La vida se despierta con el sonido del reloj?”
Tu jardín amaneció marchito.
Una abeja desde ayer,
gira y espera un brote.
Sabe que el jardín no ha muerto,
sabe que las semillas no mueren;
como la vida, cambian, reposan,
y aunque una flor,
no abra sus pétalos,
el alma se recoge,
necesita una pausa,
el silencio de una brisa.
La abeja se ha ido, sabe:
la flor regresara sin que la esperen.
El caos de la ciudad,
ha quemado los árboles del bosque.
Pero, los pájaros regresan al tronco.
Saben que las cenizas son semillas.
Saben que una llama,
no quema la raíz.
A veces, llamas al silencio “muerte”
pero cada flor
tiene su silencio,
cada flor,
abre sus pétalos a su manera,
a su hora.
Las cenizas son también semillas.
-
Autor:
OscarCampos (
Offline)
- Publicado: 21 de abril de 2025 a las 00:17
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 1
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.