Se busca un amor antiguo como el vino
que guarde en sus raíces el secreto
de incendios que no queman, solo alumbren,
de ríos que no arrasen, solo besen.
Un amor con espadas de madera:
afilado en la audacia, no en la herida.
Que robe versos a la noche fría
pero devuelva el sol en cada huida.
No se busca un dios de mármol en su trono
ni un mendigo de sombras en sus puertas.
Se busca un cómplice que, con manos ciertas,
desate tempestades… con decoro.
Que hable del silencio en clave de miradas,
que rompa muros, pero no semillas.
Que sea flecha y nido en la batalla,
que sepa herir… solo lo que no importa.
De esos amores que no pidan sacrificios,
Pero sí juramentos de raíz profunda:
Si caigo, que me llame tierra viva,
Si grito, que su boca sea almohada.
No se busca héroes ni heroínas con armaduras falsas,
sí, piratas de sal y cicatrices
que, al ver la espalda desnuda en la arena,
deseen abrazar… no marcar territorios.
De esos amores que no tienen prisa
porque saben que el trigo y la ceniza
tejen, en luna lenta, el mismo trigo.
El que entiende que atrevido y libre
son hermanos, no dueños, del abismo
¿Existirá? Pregunto al reloj y al viento.
Mientras, escribo estos versos con mi barro:
por si las olas traen, tras su conocido fracaso,
un amor que no tenga miedo a nada
…ni siquiera a ser frágil.
@ Marcos Reyes Fuentes.
Todos los derechos reservados, incluso hasta los silencios entre versos.. Cusco 19.04.2025
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Autor:
Marcos (Seudónimo) (
Offline)
- Publicado: 21 de abril de 2025 a las 12:57
- Categoría: Amor
- Lecturas: 9
- Usuarios favoritos de este poema: EmilianoDR
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