Los caminos, veredas y colinas se han vuelto
constantemente monocromáticos,
ya no vuelan pájaros alegres en tu mente elocuente
ahora te pueblan, día y noche, anécdotas y anécdotas,
ahora el afluente tiene más rocas que humedad.
Tu rostro ya contiene escorrentías del tiempo
y son muchas,
es posible contagiarse de tu risa, como antes,
pero esta vez la acompañan olvidos y muecas.
Tus ojos reducidos por las caricias del tiempo,
reflejan desvelos desorganizados y trémulos.
Ya no acudes a la cita de la esquina emblemática,
a no ser que acompañes a seres sin esquinas ni calles,
a no ser que las trampas del olvido te llamen sin razón,
a no ser que se te imponga una charla vecinal.
Es un hecho que la esquina en cuestión, ha perdido algunos emblemas.
Tus amores antes fortuitos y constantes,
se han tornado en caminatas pecuarias y visiones de cerros.
Ya no hablas de amores y de intentos de algunos,
ya no mencionas vegetales emociones y alcohólicas traiciones.
Se ha perdido el mundo de amores de traspatio y caricias presurosas.
Pero no estas del todo solo, te acompañan pasillos llenos de ecos,
alguna luz de la cocina-corredor que puede ser fuego o ilusión, o ambas.
Puede que te acompañe el cuadro familiar con su amena sonrisa,
también puede ser que las memorias de fusiles te acompañen en la hora dorada.
Yo quisiera acompañarte, pero las bifurcaciones del tiempo
son crueles y reales.
Yo me recuerdo cuando te veo y hablamos,
cuando, de vez en cuando, la felicidad real asoma a tu rutina.
Yo quisiera que no seas recuerdo,
que aún tu jovial compañía pueble de risas esquinas y pasillos,
y que la colina del poni sea capaz de recrear horizontes llenos de gentes y verdes.
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Autor:
azul cobalto (Seudónimo) (
Offline)
- Publicado: 21 de abril de 2025 a las 13:06
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 9
- Usuarios favoritos de este poema: EmilianoDR
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