Sola e Invencible

Sola e Invencible 

La noche llega a  la ciudad, y en medio de la multitud ella camina sola. Su silueta se desliza entre las luces de neón y el humo de la fiesta, indiferente a las miradas que la siguen, a las voces que la llaman. Sabe que todos la quieren, que su ausencia duele más que su presencia, pero a estas alturas ya aprendió a no esperar nada de nadie.

Ella baila como si no existiera el mañana, con una copa en la mano y el corazón blindado. Sonríe, pero no se entrega; seduce, pero no se deja atrapar. Ha vivido demasiado, ha sentido demasiado, y aunque su piel aún arde con los recuerdos, su alma ya no tiembla por promesas vacías.

Que la llamen fría, que la llamen inalcanzable. No es que no sienta, es que aprendió a sentir sin perderse en el proceso. La música la envuelve, el bajo retumba en su pecho, y con cada movimiento ella deja claro que no necesita de nadie para brillar.

Porque cuando la vida la quiso de rodillas, ella decidió caminar sola… y hacerlo con estilo.