Tengo miedo de morir
de la muerte
que me abruma
con su furor de arpía
con su cantar de ondinas.
Temo que al cerrar los ojos
el día se haga noche
y la noche se eternice.
Porque de monja crédula
no tengo mucho,
de intelectual barroca
sí y sí mucho
y tanto así
que no dudo
de lo que sé,
de lo que siento.
No le abrí mi corazón
a la Nada
porque el abismo
que une mi alma con mi cuerpo
se ha hecho sólido matraz,
tersa piedra
como la Piedra del Sol.
Mis antepasados huastecos,
teotihuacanos, castellanos,
vascos o canarios,
me dieron más de una herencia
me dieron una razón
y un uso subversivo para ella
con mi libre albedrío
en mi arbitrio espartano.
Nunca me he creído una musa
no lo he creído
porque sé que lo soy,
que mi padre Apolo
y mi madre Mnemosine
me han agigantado,
me han dimensionado
me han desbordado
por todos los centros
que me infinitan.
Me lanzo, sin temblores,
al vacío
de mi interior.
Todos los hombres
que conozco,
hipócritas o no,
me han circunstanciado.
Desde esta ventana apátrida
escucho los cascos de los caballos
golpeando la dura tierra
sobre el polvoriento camino caliente
y las calzadas desiertas.
Los transeúntes ya se han retirado
a sus casas agujereadas
a sus balcones infieles
a sus adentros y a sus afueras
a sus corazones confitados
a sus dolorosos silencios
porque callar es un dolor
más amargo y más severo
que mole poblano sin chocolate,
guajolote tierno, cacahuates,
y chiles anchos y pasillas
no tan picantes.
No sé cómo expresar mi asombro
mi hambre de Dios
y de verdades.
Soy una mujer pensante, luchadora
luchan mi razón y mi fe
y a veces salgo con moretones
de ambas en mis ojos
de alondra y de paloma.
OLLIN
10/05/2016
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Autor:
Ollin (Seudónimo) (
Offline)
- Publicado: 22 de abril de 2025 a las 13:12
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 12
- Usuarios favoritos de este poema: nachosol, Poesía Herética, ElidethAbreu, alicia perez hernandez
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