Nuestras narices,
próxima la una a la otra,
se atreven a respirar pesadamente,
mancillando el temor por ser descubiertos;
Vos sois mi medicina para el enfermo,
vuestros labios son mi bálsamo,
un sonido sordo que ambos podemos escuchar,
y sentir con nuestras manos,
por cada uno de nuestros pegados dedos,
que nos hace soñar de forma precipitada,
y cometer locuras por esa palabra,
repetida en nuestras mentes intermitentemente,
con todos los peligros que nos conlleva,
mas no escuchamos a ese sonoro aviso;
Contunde el tiempo a nuestros sentimientos,
las manecillas corren a nuestra desgracia,
y las cadenas permanecen a nuestro alrededor;
¡Oh! Vagabundo de los corazones,
que Dios os apiade,
pues Kronos impaciente ha sido,
Y las sombras nos han acaecido...
- Autor: JVL (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 16 de diciembre de 2010 a las 17:50
- Comentario del autor sobre el poema: Inspirada por Romeo y Julieta(su historia), escribo este poema, dedicado a todos los amores que en su día se prohibieron, pero que no quisieron ser detenidos...
- Categoría: Amor
- Lecturas: 159
- Usuarios favoritos de este poema: Rocío V-P.
Comentarios2
Bellas letras... amores prohibidos... tan ciertos...
Beso,
Rocio
Muy bueno tu poema.
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