Volvíanse violáceas las sedas de tu lecho,
el vendaval las arrastraba,
mientras sollozaba en tu pecho;
sin rencores ni odio las cortabas,
las rosas y gardenias que soñaban
mas, tanto como la vida me diste
la tuya se te arrebató;
dime, madre, por qué es triste
si bajo la luz de la luna, tu hermosa alma levitó
- Autor: JVL (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 17 de diciembre de 2010 a las 12:02
- Comentario del autor sobre el poema: A un antiguo compañero mío que me protegía en la escuela, le aconteció la muerte de su padre... Algunos de ellos se reian de él, pero hasta ahora, no pude describirle cuánto lo sentía... y cuánto agradezco tenerlos a ambos aquí y ahora.
- Categoría: Familia
- Lecturas: 62
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