Para…Aída
Es cierto que te quiero
en el adiós tirano, en que las tardes me obligan
a decirte con esa simpleza “adiós amor hasta mañana”
es cierto que te quiero desde el insignificante
movimiento de mis dedos
sobre tus dedos finos.
No necesito incendiar mis pensamientos
ni mis palabras -ni mis burdas acciones-
Para apreciar la soledad que a veces me persigue
como sombra insistente por la noche,
es sencilla esta soledad, sólo cierro los ojos
le doy unos sorbos al café y enciendo un cigarrillo,
(pero no estás amor, no estás conmigo)
Es cierto que te necesito
cuando voy solo por la calle, por una de tantas,
donde tu paso y el mío
al unísono la recorrieron
-debo entonces dejar de recordarte
porque no hay olvido cuando no hay ausencia-
Se desquebraja el sentimiento entre mis labios;
he de pronunciar tu nombre
con la misma letra en que el amor comienza.
Deja que mis labios se gangrenen se caigan a pedazos
que mi brazo se pudra sin tu mano
¡pero es cierto! Es cierto que te quiero.
¡Es cierto que te quiero!... Podría escribir otros poemas
y todos lo repiten y lo gritan
no precises la palabra {amor} entre mis versos
se da a colación -porque te quiero-
Es cierto que el día estaba nublado hoy en la mañana
en la tarde hubo calor
pero por la noche –no lo sé- Si habrá frío.
Sólo sé que es cierto, es cierto que te quiero.
- Autor: el poeta irreverente (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 17 de diciembre de 2010 a las 12:07
- Categoría: Amor
- Lecturas: 109
- Usuarios favoritos de este poema: Sergio Jacobo "el poeta irreverente"
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