Oprimes los quejidos del silencio
con tu risa destilada en el pecado.
Son edénicos los hoyos de tu cuerpo
Y la altiva redondez de tus manzanos.
Te descubro, mujer, como el primer hombre
con absorta fruición por lo mundano,
y eres tú la Eva de mi orbe
que me trae el placer entre sus manos.
Es deleitoso el fruto que arrancamos
con gesto mutuo de satisfacción.
Y no hay culpables, ni serpiente, ni árbol
en esta historia que no rehuye a Dios.
Así pecare por instinto eterno
bajo el influjo de tu piel lasciva,
yo te amaré, mujer, junto a los signos
de una infernal o milagrosa vida.
- Autor: JHON DEILO (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 20 de diciembre de 2010 a las 13:38
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 84
Comentarios3
Muy buen poema, tu final es cierto o es un cielo o es un infierno.
Que tengas una linda Navidad en compañía de tus seres queridos.
LO MISMO PARA TI AMIGA.QUE TENGAS BUENAS Y FELICES FIESTAS.
OMG! Me encanto!
gracias mina,es grata tu visita en mi espacio.
ERES LO MAXIMO AMIGO ME GUSTO TU POEMA SIGUE ASI UN SALUDO DE TU AMIGO VELISARIO
gracias por pasarn por mi sitio.
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