Tu telúrico canto me asaltó
sobre aquel barranco.
Miraba, ausentemente, la crispación de la marea.
Masa oceánica suspendiendome
del fragor mundano
con su maquinaria de codicia.
Se mecían gaviotas azules,
peces de ala en ristre planeaban,
desde oleajes tan libres que daba miedo
Y mis pensamientos eran
hogueras flameando en el anochecer.
Entonces, tu voz...
Descalzándome los caminos,
invistiéndome de una tonalidad
símil bosque, hierba en palpitación
Aunque la escasa razón dictaba
que tu alejamiento, tu remota vida,
entrañaban argumentos sin discusión,
sólo sé que te escuchaba,
nombrándome en la canción de vientos
que asolaba médanos y arena,
conduciéndome hacia ocultos astros
en que reconocernos no fuera vano.
Encanto melódico
que incrementó mi frecuencia
para convertirme en nuevo sonido de la bahía.
No hubo ya
gaviotas ni acantilado,
desvanecido el mar con sus peces al vuelo.
El cántico espacial
transportaba mis genes
hacia puertos donde desembarcar
para renovarnos juramentos antiguos
ante un crepúsculo equivalente
a mis dudas y tu exilio.
- Autor: Albin Lainez (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 26 de diciembre de 2010 a las 23:28
- Categoría: Amor
- Lecturas: 56
Comentarios2
desconozco el nombre del autor/a de la imagen
BELLO POEMA ALBIN.... FELICIDADES
SALUDOS,
MARILU.
muchas gracias amiga, felicidades para vos también
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