OCIOSIDAD...

Hermann Garcia

Estaba escuchando la radio cuando de pronto tocaron una canción que me hizo recordarte, curioso, está próximo tú cumpleaños y vuelves a mi mente, al parecer ya habías pasado a ser un recuerdo olvidado -que equivocado estaba-... Me encuentro aquí sin saber que hacer, sin ganas de hacer nada, acabo de comer, escuchar música, ver la tv, leer, tengo que estudiar para un próximo examen y no lo he hecho... con el teléfono en la mano, intento llamarte y no puedo hacerlo, no se que te diría, no soy tan valiente como tú... hace un frío considerable, hace 4 días que no me baño y por más que peleo por hacerlo, no lo haré... los problemas financieros me agobian, las crisis son más recurrentes y ayer fui a ver una película muy buena; me identifiqué mucho con ella, al parecer estoy agonizando y ya no se lo que es real y lo que es ficticio... me visto, me desvisto, me veo, me escucho, grito, lloro y no se que más hacer; solamente el pensar en ti me relaja, pero no puede ser, lo nuestro ya terminó, hace tantos años que no lo recuerdo, pero tu sigues aquí, en mi corazón, tan igual, tan única, yo he envejecido, he amado, tengo una familia y por más que sigo y sigo prosperando, no puedo mas que imaginarme esta vida junto a ti... compartir tus sueños, tener nuestra hija, amarnos día a día, ¿Qué sucedió? ¿Por qué lo sencillo se volvió imposible, lo dulce amargo y lo feliz; tristeza? Aquí saboreando mi desayuno, molesto con mi ridícula rutina, enfadado con el mundo, buscándote dónde no estás; divagando en vida, aunque un fantasma tiene más vida que mi ser, penando por ti, suspirando por un segundo de ti, atormentándome por no haber sido lo suficientemente listo para jamás haberte apartado de mi... todo fue tan rápido, mi indecisión, tú locura, mi ambición, tu violencia, mi falta de tranquilidad, tus celos, mis lagrimas, tus gritos, mi vida, tu vida... básicamente buscamos e inmediatamente encontramos y no lo pudimos creer, y arriesgamos demasiado con la vil ilusión de encontrarnos sin saber que estábamos juntos... siempre esta sensación de querer lo prohibido, aparentar la verdad y sufrir la mentira... hoy; inclinado ante estas letras, te rindo un tributo a ti, mi mujer, la única, mi fuente de inspiración, mi única pasión, el dolor de mi alma, la esperanza de mi ser, la locura de mi realidad, la que no me comprendió pero me comprende en silencio, la que no sabe que pienso en ella día y noche pero lo siente, la que sufre en silencio y se enrola cada vez más en su vida y da vida a nuevas personas que nacerán sin alma, buscándome para que con un leve soplido, una triste caricia; un dulce relato, llene ese vacío y lo transforme en agua... ¡Estúpido de mi! que deje que te me escurrieras como un puño de arena en mi mano, que por más que la apretaba, más rápido te me escapabas (habiendo tanta arena en el mundo)... ¿Por qué uno se aferra a un dolor, un recuerdo, una pasión? la olvida, llena su alma de sustitutos falsos, pero que cree originales, daña , se daña y al final no puede hacer más que ser un triste espectador y morir sabiendo que su vida continua, aunque su alma ya está en el infierno purgando sus indecisiones... un infierno tan cruel que se empeña en llevarte una y otra vez por los mismos pasajes que ya viviste, que  ya sufriste, que ya olvidaste y se regocija al decirte cara a cara, que eres un perdedor y tú se lo admites y te arrastras cada vez más y más, olvidas caminar y la única forma de trasladarte es como reptil, un vil y asqueroso reptil, se te olvida que una vez anduviste en dos pies, con la cabeza erguida, orgulloso, con ambiciones, sueños y amor... caes en una y otra depresión, nada disfrutas, ni tú, ni nadie, solo haces todo lo que te haga olvidar el momento que estas viviendo; olvidando que tarde o temprano tendrás que dormir y allí pagaras con todos los recuerdos y aquello que tratas de enterrar, pero el sueño es muy largo y todo lo que habías cavado está desenterrado al despertar y se juntan los agobios, las irresponsabilidades, los temores, ocios, malas fortunas y continúa tu corazón latiendo y tu cerebro pensando... es como para volverse loco, como estamos cambiando, con miedo de envejecer en vez de disfrutar la juventud, la vida se va en un abrir y cerrar de ojos y los sueños perduran para siempre... Vivir para escribir, escribir para vivir. No se que será, pero me siento vivo al plasmar las ideas en signos visibles y que otro atormentado las lea y no se sienta solo, que sepa que habemos infinidad que compartimos su locura, la cual deja de serlo por que se transforma en una constante y te entristece ser normal y comienzas a tener lógica y a descubrir que no solo el dinero es la felicidad, que existe algo llamado amor que lo compensa todo pero que se tiene que correr un gran riesgo y puedes perder el alma, como ya la perdí, pero fue divertido, arriesgarse y haber vivido esos instantes con tu complemento espiritual...
  • Autor: Hermann Garcia (Offline Offline)
  • Publicado: 30 de diciembre de 2010 a las 21:47
  • Categoría: Sin clasificar
  • Lecturas: 13
Llevate gratis una Antología Poética ↓

Recibe el ebook en segundos 50 poemas de 50 poetas distintos




Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.