La luz tenue de la lámpara
Ilumina la pantalla
Del ordenador que tecleo,
Expresando lo que dice mi alma.
Sentado en la sencilla silla de mi escritorio
Absorto en las meditaciones del enamorado
Con la cara más larga de todo el velatorio
El enamorado pasota de la pasada pretérito
Asola mi alma encerrada en el esperpento.
Atolondrado por el recuerdo del aroma,
Avivados los sentidos en el mismo momento
Por la sensación de tu corona en mi cuello,
Y no se si te he olvidado pues la nostalgia
Vuelve sin remedio a mi mente demente
Por tus huesos rellenos del pecado terrenal,
Consumados en el pasado por mis besos
Derretidos mis labios entre lo profundo del canal,
Olvidando el olvido, expresando mi pena
No vivo sin un minuto de ti por mis venas
Y no puedo seguir así, debe terminar ésto
Sí, debo terminar el poema
Diciendo que el enamorado pasota
Ya no tiene remedio a estas alturas
Y que sólo me queda el consuelo
De una simple mirada tuya que basta
Para llegar al estadio de la locura
Y morir en el deseo de tus huesos
Y el cálido resplandor de tu hermosura.
- Autor: Nicolás Alonso (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 17 de enero de 2011 a las 22:47
- Categoría: Amor
- Lecturas: 147
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.