Ruge el caos entre las manos del sol.
Resurge el epitafio de las palabras
que no quisimos pronunciar.
El impacto es inminente:
se aproxima el día en que todo será nada,
y nada será lo único que gocemos.
Y ahora que sabes la verdad de la situación,
hazme el favor de pronunciar mi nombre
cuando el agudo padecimiento
llame a tu puerta.
- Autor: Alexander Vórtice (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 20 de enero de 2011 a las 16:56
- Categoría: Espiritual
- Lecturas: 417
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