La casa es una fauna

Eduardo Urueta

A la mesa las hormigas
y en la esquina las arañas
son pequeñas indecibles
que amenazan, como tú, la respiración de noche.

Un dolor de sistema
cuando un líquido esparce muerte
hay un silencio espeso
pero los nidos de blancura recién emboscados lazan su nuevo pulso.

Media fruta carga un rebaño de moscas
mientras de moscos se llena la piel y el ropero
un ciempiés miope extravia en el jardín su sueño de imperio.

El bosque del jardín
el desierto del mosaico
el huracán de la regadera
el paraiso del frutero y la panadera.

Las tortugas en un castillo de cristal: mi ornato
El gato de balcón: mi austeridad
Mi pez come artemias
mientras un nido en la linterna está a punto de reventar.
Tengo encarcelado a un perico por parodiar mi voz.

No hay ciudad ni número estéril
y más que hotel
y más que campo
aquí duermen, se alimentan
en la almohada, del pañuelo.
Los prisioneros rurales
con su día y su noche artificial
de néctares conserjes y ciclos de clóset.

La hendiura del concreto y los libros viejos
son el hostal de las lepismas.

El cojín es una ciudad de ácaros
la coladera alberga cochinillas y pinacates
despiertos y verdes
y más que tubo una vena de la casa
y más que cocina cuna de cucarachas.

Jabón es el veneno y el cloro es un martillo
empero la inmundicia me conmueve cuando en boca de mis hermanos y mis padres está el perdón de mis asesinatos continuos y egoístas.

La lluvia es un milagro y el caño una masacre.

Estas heridas de tóxicos enemigos
son las heridas que más duelen en mi conciencia
Yo soy el carpintero que parte en dos el cuerpo de las termitas
y soy el devoto que alimenta al perro
Soy quien oxigena la tierra para despertar y ver enterrarse a la lombriz
que vive en la maceta
por la lengua que lleva el agua.

El fermento de los bulgaros es la aurora de mi cabeza.

No cabe duda que la casa
es una corona altiva para el desierto
es un simil de desembocaduras e inyecciones
Esta casa de cuerpos degollados
de cádaveres sin sepultura
-es un cementerio-
de nacimientos perennes,
la casa
para la lupa
es una fauna.

 


 

  • Autor: Eduardo Urueta (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 25 de enero de 2011 a las 20:34
  • Comentario del autor sobre el poema: Siempre observo que vivimos entre animalillos.
  • Categoría: Sin clasificar
  • Lecturas: 120
Llevate gratis una Antología Poética ↓

Recibe el ebook en segundos 50 poemas de 50 poetas distintos




Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.