SEMEJANZA

Acurrucado en su lugar, hecho un ovillito,  solo con sus pensamientos,  como mirando hacia su interior, buceando dentro de sí.  

Allí  está.

Se siente su ronroneo. Mezcla de música que baja de las colinas y de la que se puede escuchar en cualquier lugar.

Allí está.

A lo lejos se escucha un tenue  sonido argentino,  muy a lo lejos. Él abre un ojo, como al descuido, su oreja izquierda se mueve alerta, lo cierra nuevamente. Los sonidos son más repetidos, pero siguen lejanos.  Abre su otro ojo. La otra oreja se mueve,  con desgana,  se despereza, estira su lomo, se arregla el bigote y se dispone a salir.

Ya está sobre el tejado. La luna ilumina una silueta que en clara noche se pasea a  lo lejos.

Él,  indiferente, como siempre,  mira hacia allá. De un salto se acerca, su cola se mueve. Inquieta. Está como nervioso.

La figura se acerca, se vuelve  tangible, ya no hay distancia.  El cortejo es lento, comienza con susurros, dichos en el lenguaje gatuno, sigue con miradas que se encuentran.  El tiempo se detiene, el mundo deja de girar, la danza del amor continúa más y más.

La luna sigue bañando los techos, los vecinos, molestos han cerrado sus ventanas  Ellos no escuchan nada.

Al fin, son una sola alma.

El silencio vuelve a reinar en la noche, la luna ya se está ocultando ya  todo es oscuridad y quietud.

De un salto, baja del alero y la oscura noche lo traga.

Con un empujón, abre el postigo y se acomoda en la cama.

Otra vez acurrucado, hecho un ovillo, mirando hacia sí, buscando en sus adentros.

Afuera, quien sueña en sus sueños sigue allí… y allí esperará a que otro día vuelva a salir.

                                                                                              ALMA

                                                                                                    15-11-08