Bellas margaritas han de crecer, rosas rojas como mi amor que acaba de amanecer. Ven corazón, oigamos juntos el cantor de los pulcros piropos; entreguémonos a este hermoso sentimiento, vivamos una leyenda de risas y caricias, hagamos el amor ante las atrevidas palabras de nuestras amigas las flores y dejémonos llevar por este ardor insoportable.
Dama mía no te permitas romper esta cadena que te sostiene a mí, hazle caso a las galanterías; abandona ese temor que no te hace feliz, sostiene mi mano y no me sueltes jamás, te juro que cada día te necesito más.
Tengo por seguro que al pasar días, meses o años no me olvidarás porque esta adhesión no te lo consentirá.
Ya accédeme a retornar, a conocer tu bella y fiel piel una vez más, mis labios mueren de ganas por besar tu boca que me enloquece, mis manos se deseperan cada minuto un poquito más por no poder seducirte como ellas quieren.
Amada mía tú si sabes hacer sufrir, sin embargo te pido una segunda oportunidad, déjame amarte.
- Autor: Anne Black (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 1 de febrero de 2011 a las 14:57
- Categoría: Amor
- Lecturas: 58
Comentarios1
bellisimo versos..
una ternura que encanta leer.
un beso
Me alegro que sea un gusto leer mis versos y que le parezca una ternura mis expresiones o mejor dicho mi inspiración. Saludos unidad.
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