Como no voy a extrañarte, si aun busco tu mirada temblorosa en las tardes.
Ahora es la soledad quien comparte conmigo el café por las mañanas.
Ya no hay quien me despida cuando salgo a hacer los deberes, y arregle mi vestido antes de partir, ni quien me reciba con desvelo por las noches.
Tu sonrisa, tan tierna y tus ojos perdidos en un infinito universo de añoranzas, como me gustaba reducir las semanas para verte cada domingo.
Las hamacas de los arboles se han quedado esperándote por siempre, meciéndose con vientos tristes y aires de melancolía, ya no reciben a nadie que no seas tu.
Los remedios que ponia en tus heridas, remendando el pasado en tu dolor y poniendo medicina para aguantar ese presente que aun no llegaba.
Recuerdo cuando sujete tus manos por ultima vez, como quisiera no haberlas soltado nunca.
Como no te voy a extrañar si aun conservo todo de ti, tu olor, tu voz, tus pasos en el jardín, aun creo escucharte en casa, aun creo que vas a volver.
Es insoportable esta sensación de vació que dejaste en el hogar.
Como no voy a extrañarte, si la vida se me ha vuelto como un edificio sin columnas, dispuesto a sucumbir, pero no cae por que lo sujetan cuatro cuerdas desde el cielo.
Te extraño, y lo haré por siempre, hasta que te vuelva a ver, por que para mi eres indispensable y no se compara tu compañía a la de la soledad
Comentarios7
Preciosos sentimientos y homenaje, letras muy sentidas, para personas tan especiales en tu corazón. Siempre están contigo. Abrazos, Pinona
Muchas gracias por tus palabras.
Besos...
Belleza y ternura hay en tu poesía. Felicitaciones, linda.
Besos.
Ruben.
Gracias por tus palabras.
que detalle tan hermoso
lleno de sentir...
me gusto tu poema.
un beso
Muchas gracias por pasar por aqui...Besos para ti
"Y desde el recuerdo te he amado a tras luz en los mundos de mi alma,
ausente de tus ojos."
Bello poema,besos.
Gracias por tan bellas letras, que identifican a los que de una u otra manera, extrañamos...
Quizás me recuerde que allí en esa huerta yo me subía al árbol a comerme las cerezas y aprovechaba de ver las estrellas, ¿o me subía al árbol a ver las estrellas y aprovechaba de hacerlo comiendome las cerezas?. No lo sé, solo se que siempre estabas allí, al pié de ese árbol, esperando que bajara y mirarme con ese enfado que yo sabía que no era cierto, porque tu mano sobre mi cabeza denotaba la calidez de tu amor por mí. ¿porqué fué tan poco el tiempo?.
Excelente tu escrito Mariela.
me ha gustado mucho, es muy bello
Muy bonito tu comentario.... es increible como pasa tan rapido el tiempo y todo se vuelve un recuerdo, dejandonos solo con eso, bellos recuerdos que no vale la pena perder.... Gracias por pasar, Abrazos.
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