Una mañana de Febrero

David Alberto Campos

Finalmente

Cesó el ruido de la espada

Cambió su color el mar escarlata

 

Mi espíritu fluye

No hay más violencia

Y el recuento de mis días

Ofrece un amable panorama 

 

Lejos los cadáveres, lejos el sufrimiento,

Saludo el día lleno de optimismo.

 

Nunca entendí la guerra

(brutal, dañina, carnicera)

Hasta que supe que era perversión del instinto:

Por eso mismo, puede corregirse

Esta Humanidad que tanto ha sufrido

 

Creí tratar a mis pacientes

(amantes de lo extremo)

Pero no hacía más que acompañarlos...

Hasta que supe que la mayor parte del daño

Corría por cuenta de ellos mismos:

Ahora soy mucho más útil. 

 

Finalmente

Cesó la ambigüedad del sentimiento 

Cambió la esencia de las cosas

 

Veo bondad en cada evento

Creo en la Divina Inteligencia

Y el sol ilumina mis pasos.

 

David Alberto Campos, Catedral y Aquelarre

  • Autor: David Alberto Campos (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 2 de febrero de 2011 a las 08:34
  • Categoría: Espiritual
  • Lecturas: 132
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Comentarios2

  • LEV

    bonito poema
    me gusto leerte,

    saludos

  • nellycastell

    mE HA SIDO DE MUCHO PLACER PASAR POR TUS BELLAS LETRAS , UN ABRAZO POETA.



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