¡Ah, bebedor de sombras!
Es que me asedias
como un vendaval de astas en celo.
Ahora miro tu cuerpo
arrastrando mis sueños hacia el tuyo.
Quizá, quizá la noche
defienda nuestra noche,
y largamente nos desnude
hacia el final en vilo
de tantas madrugadas.
Te invito a compartir
la guerra de mis pechos,
para que al fin te embriagues
de este invierno abrazado por la lluvia.
Mientras invito al mástil de tu luz
entre la sombra roja de mis labios,
para que el mar comprenda
que no está nunca solo
aunque se esté muriendo.
¡Ah, bebedor de sombras!
Derrama ahora la tormenta que eres
lánguidamente tú dentro de mí.
Y luego recibamos
los asedios del beso
agotando los incendios del cuerpo,
y juntos invernar
como desnudos de oro,
ante este diluvio de presagios
acariciándote con toda mi vida…
- Autor: Virginia de Albán (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 5 de febrero de 2011 a las 02:13
- Categoría: Erótico
- Lecturas: 101
Comentarios3
demaciada pacion en tus letras
pero hermoso
espero te gusten mis poemas
Muchas gracias...
saludos
Virginia
Muchas gracias...
Escribes muy bien tienes alma de poeta
saludos
Virginia de Albán
Te invito a compartir
la guerra de mis pechos,
para que al fin te embriagues
de este invierno abrazado por la lluvia.
Mientras invito al mástil de tu luz
entre la sombra roja de mis labios,
para que el mar comprenda
que no está nunca solo
aunque se esté muriendo.
hermoso poema muy bello
Gracias por tus comentarios...
saludos
Virginia de Albán
LA BELLEZA DE UN POEMA, ESTRIBA ANTE LOS OJOS DE QUIEN LO LEE Y LA MENTE QUE LO INTERPRETA CON EL AMOR CONQUE PREVIAMENTE, FUE ESCRITO, SALUDOS
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