La suerte ha sido echada
Dispuesto a ver lo que me espera
La muerte ha sido invocada
Sentada está, junto a la hoguera
En el piso yace el estandarte
Hacia nadie yo me debo
Ya he cumplido con mi parte
Y no he recibido nada bueno
Aunque he seguido sus preceptos
Y frugales han sido mis actos
Nunca he logrado su respeto
Y ahora he sido desterrado
Nunca me entregue a banalidades
Busque siempre lo mejor para todos
Nunca me entregue a pasiones carnales
Y de todas maneras estoy en el lodo
Mi pasado se ha borrado
Ya he cruzado el Rubicon
Porque al parecer el cuestionarlos
Es de la guerra, la declaración
Un descanso en la fogata
Sentado junto a la muerte
La llama con el alma empata
Echada ha sido, la suerte
De lo que hecho no me arrepiento
Pues he sido fiel a lo que creo
Al no mantener la cabeza gacha
He irrespetado todo su credo
Y ahora levanto un grito de guerra
Esperando que aceptación consiga
Para reclamar otra vez mi tierra
De aquellos que la han vuelto cansina
Que le han quitado las ganas de pensar
Y la han vuelto ajena a la razón
Los dados ya han dejado de rodar
Grito, desde el fondo de mi corazón
Y aunque todos me han abandonado
Hay algo que nunca me han de arrebatar
Si hay algo en el mundo a ser alabado
Es del hombre, su fuerza de voluntad
Al ser mi lucha tan osada
No me importa el desenlace,
Que mi historia sea desdichada
O que mi alma, en paz descanse
Como el gran Julio Cesar dijo
A sus tropas aquella vez
Sin esperar retorno, repito
“Alea iacta est”.
Andrés Ruiz H.
Comentarios3
UN GUSTO PASAR POR TUS LETRAS. TE ABRAZA MI CORAZON ,STELLA
Esto fue lo que quiso decir Julio César cuando pronunció la frase "ALEA IACTA EST", no sabía lo que iba a pasar, pero sabía que una vez tomada la decisión era demasiado tarde para dar marcha atrás. La frase ha sobrevivido hasta nuestros días junto con"cruzar el Rubicón" cuando una persona ha tomado una decisión extremadamente riesgosa pero incorregible sin lugar para arrepentimientos. Cruzar el Rubicón: cruzar el punto sin retorno, más allá del cual ya no hay marcha atrás posible, es tomar una decisión cuyos efectos ya no pueden ser enmendados.
¡¡Excelente paseo por la historia!!Me llamó la atención el título por eso te leí!!
“Alea iacta est”. Puede ser beneficioso o pernicioso, pero lo que sí, el optar es un signo de madurez, cuando se "echa a rodar el dado", ya no hay vuelta atrás, pero sí la maravillosa decisión de echar a rodar el dado de la vida.
Hermoso poema. Un abrazo
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