HOY ...

Hoy la vida me empuja a seguir andando, sin importar cuán tropiezos, golpes, heridas y cicatrices resulten en mi travesía por el inconcebible círculo misterioso que se empeña en dar vueltas incesantes, sin detenerse en momento alguno, como si le fuese indiferente.

Hoy es un día que por alguno de nosotros trazó una espera ansiosa y perspicaz, pero que al igual que los demás, llegó despreocupado y sin acelerar el paso, provisto de segundos que se pierden en un respiro y de minutos inoportunos que van derrochando impuntualidad.

Hoy es un buen día para rezar, para amar, para pedir perdón, para arrepentirse, para evocar buenos recuerdos, para repartir alegría en medida de lo suficiente y demasía, para demostrar lealtad y sinceridad, para reflexionar y recomponer, para ir a la playa y respirar el sonido de las olas, es un magnífico día para vagar en calles solitarias y olvidarte quien viene y quien va, para ser cortés y respetuoso, para contemplar la oscura noche que en su opacidad aguarda silencio, en fin, para cuanto el espíritu requiera.

Hoy, quedará esculpido quizá como un día más de la larga colección que el tiempo posee, o tal vez propasará los límites de lo ordinario quedando enmarcado en las dimensiones de la prodigiosa mente.

Hoy no quiero caminar más, estaré exhausto cuando el ocaso toqué a mi puerta y me ofrezca generoso las últimas pinceladas que coloreen el extremo infinito del horizonte de mis ojos.