Los avances a nivel tecnológico han posibilitado en el último tiempo que se mejoren y enriquezcan los servicios vinculados a la tecnología que han comenzado a ofrecer numerosas firmas a escala internacional.
En el plano editorial, por ejemplo, el progreso ha permitido que la compañía Amazon pueda cautivar a los consumidores con una aplicación gratuita del Kindle que promueve el intercambio de libros electrónicos.
La flamante función de préstamo de obras es interesante y entusiasma ya a un gran número de lectores, pero está condicionada por detalles que la opacan porque le restan ventajas y limitan su uso.
Si bien esta alternativa no es exclusiva de usuarios de Kindle sino que, según publica LaInformación.com, se hace extensiva a todo dispositivo apto para la instalación del software de Amazon (Mac OS X, Windows, iPhone, iPad, BlackBerry y Android), sólo la editorial, el autor o quien posee los derechos del texto poseen el poder de decidir qué títulos pueden ser prestados. Además, la cesión del material expira de modo automático a los catorce días de pulsado el botón «Loan this book» y sólo existe una única oportunidad de prestar un determinado libro.
Para sumar aspectos negativos, cabe resaltar que, al menos hasta el momento, esta aplicación que, de algún modo, contribuye a fomentar el hábito de la lectura está disponible sólo en territorio estadounidense.
Como resulta evidente, esta novedad de Amazon no es tan útil como parece ni es aplicable en todas las regiones del mundo. Si se desea disfrutar en el corto plazo algún contenido literario, pues, lo más recomendable será valerse del préstamo de obras impresas y no confiar en una herramienta tecnológica que le pone trabas a la lectura y le quita al texto la magia que éste tiene cuando se da a conocer por medio de las páginas de un libro.
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