De acuerdo a la denuncia efectuada por Amnistía Internacional (AI), el pasado domingo, el traductor y escritor sirio Habib Saleh fue condenado a tres años de prisión por haber criticado al gobierno de su país a través de artículos publicados en Internet.
Ante este fallo que convierte al autor en culpable de «debilitar el sentimiento nacional» y «difundir noticias falsas o exageradas que puedan afectar la moral del país», tal como reproduce la agencia Europa Press, la organización defensora de los derechos humanos ha solicitado «su excarcelación inmediata e incondicional» ya que, según sostienen estos activistas, Saleh fue encarcelado por hacer uso, de forma pacífica, «de su derecho a expresar sus ideas políticas».
Más allá de esta situación puntual que, por estos días, se ha convertido en objeto de debate, es importante destacar que este escritor ya ha estado en prisión en varias oportunidades.
Según se desprende de la información dada a conocer, antes de criticar las políticas del gobierno sirio y respaldar la ideología de Riad al-Turk, una destacada figura de la oposición (hechos por los cuales ha sido condenado en esta ocasión), Saleh había conocido el régimen carcelario en 2001 (año en el que fue detenido junto a otros nueve reformistas tras publicar en Internet artículos que acusaban de corrupto y tirano al gobierno sirio) y en 2005, pero en esas dos circunstancias, Amnistía Internacional lo había considerado preso de conciencia.
Lejos de haber superado estos obstáculos, en mayo del año pasado el autor había sido nuevamente detenido en la ciudad de Tartus y, por ese entonces, estuvo tres meses incomunicado.
«En Siria, las personas que expresan opiniones discrepantes están sumamente expuestas a ser detenidas por las fuerzas de seguridad, que tienen amplísimos poderes de detención y custodia», aseguraron desde Amnistía Internacional tras remarcar que, en ese territorio, «las autoridades ejercen un control férreo sobre la libertad de expresión».
Comentarios2
Sin embargo el gobierno sirio ha estado involucrado en algunos de los atentados que han acabado con la vida de políticos libaneses
y tampoco siente verguenza por amparar a los fanáticos de Hesbollá financiados y armados por el lunático que manda en Irán.
Lo que yo no comprendo es:
Si criticamos a unos, somos antisemitas.
Si criticamos a otros , somos antisunitas.
Y asi consecutivamente hasta llegar al anticristo.
Lo que yo crítico duramente y sea contra quien sea, es que me
Prohiban mi libertad de decir la verdad.
Pues mis pensamientos son los unicos, que siempre tengo conmigo.
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