A lo largo de la historia, el campo de la ciencia ficción se ha visto enriquecido con los aportes de figuras como Julio Verne, Isaac Asimov, Robert A. Heinlein, Arthur Charles Clarke y Ray Bradbury, pero no siempre los escenarios descriptos se acercaron a la realidad.
Por las características de este género, la imaginación de los narradores requiere tener bases sólidas de origen real, pero no siempre es posible ser experto en cuestiones científicas. Por esa razón, desde la NASA han desarrollado un ambicioso y exclusivo plan para proporcionarle a un selecto grupo de escritores herramientas teóricas sobre ciencia e ingeniería a fin de que utilicen esas nociones para elaborar extraordinarias novelas inspiradas en programas futuros de exploración espacial.
Según reproduce el diario «ABC», la idea es entrenar a los autores más exitosos de la editorial Tor-Forgue en el Centro Goddard de Vuelo Espacial (GSFC, según sus siglas en inglés). En ese ámbito, trabajarán en conjunto con los más distinguidos ingenieros aeroespaciales de Estados Unidos para apreciar de cerca el trabajo actual y los proyectos de estos expertos. De acuerdo a los organizadores de esta atípica iniciativa, con toda esa experiencia los exponentes del universo literario podrán activar su imaginación y lograr historias de gran calidad cercanas a la realidad futura.
Si bien todavía no hay precisiones acerca del lanzamiento de estos relatos, sí trascendió que el resultado de este experimento científico-literario formará parte de una colección que se publicará bajo el nombre de «Obras de ficción inspiradas por la NASA».
Con todo este inusual procedimiento en marcha, será cuestión entonces de tener paciencia y aguardar la presentación de estos materiales para poder analizar a través de la lectura si estos privilegiados escritores han aprovechado esta oportunidad que les concedió la NASA para modernizar y engrandecer con maestría narrativa al atrapante mundo de la ciencia ficción.
Comentarios2
La verdad no deja de sorprenderme un poco esta nota, yo recuerdo que en las charlas o cursos de astronomía a los que asistía, los astrónomos se preocupaban mucho por marcar diferencias con ciertos escritores, tal es el caso de Julio Verne y su libro "El viaje a la luna". Una vez escuché a un profesor de astronomía, Pedro Bargalló (+) decir que "Julio Verne" para los astrónomos era un imbécil". Bueno los tiempos cambian, eso es bueno.
Hubiera sido más enriquecedor que los autores de ciencia ficción del mundo pudieran participar y luego, bueno, seleccionar lo mejor. Pero si de oportunidades se habla...pues hay que ser más democrático.
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