Aprueban la Ley del Libro en España

Luego de varios meses de debate parlamentario y con la inclusión de 130 enmiendas que modifican al texto original, el Congreso español aprobó la Ley del Libro. Entre los puntos más salientes, la reglamentación consagra el precio fijo de los libros (con excepción de los manuales educativos destinados a la enseñanza obligatoria) y establece un canon bibliotecario de 0,20 euros por libro prestado, que será asumido por las administraciones públicas.

Sin embargo, la ministra de Cultura, Carmen Calvo, aseguró que su ministerio está dispuesto a asumir el canon por el préstamo bibliotecario en solitario, para evitar inconvenientes y roces. La inclusión del canon era exigida por una sentencia de la Unión Europea, que había advertido que condenaría a España con una multa de 300.000 euros diarios por eximir a sus bibliotecas públicas de dicho pago.

Cabe recordar que hasta la fecha, el sector del libro era regulado por una ley pre-constitucional de 1975. Su actualización y la adaptación a las nuevas tecnologías era una demanda constante de los editores, libreros y bibliotecarios españoles.

Otra de las medidas establece la creación de un Observatorio de la Lectura y del Libro, que tendrá como labor el análisis y estudio de la situación del libro, la lectura y las bibliotecas.

El diputado del PSOE Mario Bedera Bravo afirmó que la nueva ley ha tenido en cuenta las demandas del sector, mientras que su colega del PP, Beatriz Rodríguez Salmones, consideró que no se han incluido las medidas necesarias para mejorar la red de bibliotecas y librerías. Sin embargo, la nueva ley fija una memoria económica de 431 millones de euros en ocho años para las bibliotecas públicas, que se destinarán a su modernización y digitalización de archivos.

Una voz crítica que también se elevó contra la ley fue la del portavoz del grupo legislativo de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), Joan Tardá, quien aseguró que la nueva norma «se pliega a los grandes grupos editoriales y empresariales».

Por otra parte, la ley adapta la definición de «libro» a los cambios tecnológicos. Se entiende por libro a la obra de cualquier índole que constituye una publicación unitaria, editada en uno o más volúmenes, y que pueda aparecer impresa o en cualquier otro formato susceptible de lectura. Esta definición incluye a los materiales audiovisuales e interactivos que sean editados en conjunto con un libro, y que por lo tanto participen del carácter unitario del mismo.