Bela Ajmadúlina ha fallecido

Un problema cardíaco provocó, en las últimas horas, que el mundo de las letras perdiera a Isabella «Bela» Ajátovna Ajmadúlina, una de las figuras femeninas «más importantes de la poesía rusa de la segunda mitad del siglo XX», tal como la definen desde «Milenio». La muerte de esta mujer que había nacido en 1937 fue confirmada por el artista Boris Messerer, su tercer esposo, quien reveló que, al momento de morir, la también traductora se encontraba en Moscú, su ciudad natal.

Bela AjmadúlinaCon la desaparición física de Ajmadúlina, la literatura deja de tener la posibilidad de seguir nutriéndose con las obras de esta autora que, según palabras de Joseph Brodsky, supo ser «la mejor poeta viva en ruso».

Aunque muchos extrañarán sus aportes, el espíritu de esta intelectual que, a lo largo de su trayectoria, acumuló numerosos premios y maravilló a millones de lectores con poesías de intenso lirismo seguirá vivo en obras como «La cuerda», «Escalofrío», «Lecciones de música», «Sueños de Georgia», «El jardín», «Cofrecito y clave», «Ruido de silencio», «Fila de piedras» e «Instante de existencia».

Cabe recordar que Ajmadúlina no sólo demostró talento para elaborar propuestas poéticas (muchas de las cuales fueron traducidas a idiomas como el inglés, el italiano, el japonés y el árabe, además de haber inspirado la creación de canciones que musicalizaron distintas películas soviéticas) sino también para la traducción, actividad que le permitió trabajar sobre las obras de poetas clásicos y modernos de la antigua URSS.

El Premio Nosside, el Triunfo, el Pushkin Prize of the Alfred Toepfer Foundation, el Premio Brianza, el Premio Bulat Okudzhava y el Premio Estatal de Rusia son algunos de los reconocimientos que recibió en vida esta gran representante del ámbito literario que, en 1977, tuvo el honor de ser designada miembro honorario de la Academia Estadounidense de las Artes y las Letras.



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