Por más deseos que uno tenga de convertirse en dueño de algún objeto valioso, estos no son tiempos fáciles en materia económica. La crisis financiera se hace sentir en numerosos países y ámbitos sociales, razón por la cual hay quienes prefieren ser cautos y no invertir grandes sumas de dinero en elementos que no resultan imprescindibles.
Como consecuencia de ello, pese a que los remates se mantienen a la orden del día, son cada vez menos los coleccionistas que ofrecen fortunas a cambio de materiales valiosos en materia histórica y cultural.
Por estas horas, por ejemplo, quienes forman parte de la casa de subastas Bloomsbury Auctions están asombrados porque no han logrado hallar comprador para el manuscrito de «El jardín de senderos que se bifurcan» (perteneciente al escritor argentino Jorge Luis Borges) que ofrecieron hoy en Nueva York, y sólo pudieron vender, a un valor inferior al estimado, parte del archivo personal de John Steinbeck.
El escaso conjunto de cartas, manuscritos y fotografías que consiguió un nuevo dueño no trepó hasta los 250 mil dólares previstos en un primer momento, sino que sólo encontró a un interesado que abonó por él 73.950 dólares, una cifra que, si bien no es baja, está bastante lejos del monto calculado por Bloomsbury Auctions. Aunque quedaron muchos objetos sin vender, hubo piezas como un globo terráqueo y una silla del autor que pasaron a otras manos previo pago de 1.800 dólares.
En cambio, nadie se arriesgó a invertir fuerte para obtener un original de Borges y así fue como «El jardín de senderos que se bifurcan», por el cual se pedían entre 200 mil y 300 mil dólares, terminó la jornada sin un destino concreto.
Habrá que aguardar el inicio de nuevas subastas para determinar si fueron los materiales ofrecidos o la crisis económica los que generaron el escaso interés de los coleccionistas, quienes, al menos hasta el momento, son capaces de ofertar en exceso si consideran que el objeto ofrecido es valioso.
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