Caperucita se ha vuelto gótica

La imaginación es una herramienta que no tiene límites y que, si uno sabe sacarle provecho, da lugar a las más ingeniosas propuestas. Valiéndose de ideas creativas es posible, por ejemplo, rescatar del olvido antiguos textos y demostrar que, aunque su contenido sea conocido por numerosas personas a nivel internacional, siempre se puede originar a partir de ellos relatos novedosos e impactantes.

En el último tiempo, la obra que se benefició con una actualización un tanto innovadora es «Caperucita Roja», el clásico cuento que a lo largo de la historia supieron narrar, entre otros autores, Charles Perrault y los Hermanos Grimm.

El flamante invento literario ha surgido, según trascendió, tras el guión cinematográfico que elaboró en 2009 David Leslie Johnson después de haber conocido el proyecto que el actor Leonardo DiCaprio analizó junto a la compañía Warner Bros Picture.

A diferencia de otras interpretaciones, la que empezó a escribir Sarah Blakey-Cartwright mientras la cineasta Catherine Hardwicke rodaba la película no tenía como protagonista a una inocente niña de capa roja que sufría la persecución de un lobo sino a un personaje de características góticas.

Este experimento artístico, lejos de ser considerado un material absurdo, consiguió el respaldo necesario para darse a conocer de forma masiva y, gracias a ello, ya es posible apreciarlo bajo el título de «Caperucita Roja, ¿a quién tienes miedo?».

De acuerdo a los datos reproducidos por «El Universal», la novela ha sido editada en países de lengua hispana por el sello Alfaguara Juvenil y sus impulsores confían en repetir el éxito que tuvo esta particular versión del cuento en países como Brasil (territorio donde en sólo dos semanas se han logrado vender más de 350 mil ejemplares del libro) y Estados Unidos (donde el relato no tardó en ocupar el primer puesto del ranking de bestsellers juveniles que elabora el diario The New York Times). Ojalá, pues, esta nueva Caperucita consiga multiplicar el número de personas que se interesan por la lectura.