La literatura policial de América Latina ha perdido, con la muerte de Daniel Chavarría, a uno de sus mayores exponentes, coinciden quienes conocen y aún disfrutan la producción literaria de este uruguayo que residía en Cuba desde hacía varias décadas y que en las últimas horas acaparó la atención de muchos a raíz de su desaparición física.
El deceso del creador de propuestas como “El rojo en la pluma del loro”, “Una pica en Flandes” y “El último room service” se produjo el pasado 6 de abril en La Habana, según ha detallado Granma.
Al hacerse eco de esta lamentable noticia, El Espectador repasó la trayectoria y algunas vivencias de este autor y traductor que nació el 23 de noviembre de 1933 en la ciudad de San José de Mayo y solía definirse a sí mismo como un “escritor cubano” que había llegado al mundo en Uruguay.
En Twitter, varios colegas despidieron a Daniel con recuerdos, como el caso de Miguel Barrero, quien además de desear que le termine siendo “leve” la eternidad señaló que, por mucho tiempo, Chavarría fue en la Semana Negra de Gijón “una sonrisa recurrente”.
A modo de homenaje o bien para recordar quién fue y qué aportes culturales hizo este hombre con talento para la escritura y conocedor de múltiples idiomas, desde Poemas del Alma invitamos a hacer foco en su biografía, a dejarse cautivar por su extenso legado y a recordar algunos de sus logros profesionales recientes, ya que por ejemplo en 2010 este intelectual fue merecedor en suelo cubano del Premio Nacional de Literatura. El Premio Capitán San Luis, el de la Crítica, el Premio Dashiell Hammett, el Premio Edgar Allan Poe y el Casa de las Américas fueron otros de los estímulos que dieron cuenta de su buen desempeño literario y contribuyeron a ampliar su popularidad más allá de las fronteras.
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