Es probable que quienes hayan leído «Calle sentimental» o alguno de los otros títulos que forman parte de la obra literaria de la autora conocida como Sandee McCann, no sepan en verdad quién es esta escritora en cuestión. Y no por no haber indagado en su biografía, sino porque se trata de una persona que inventó una nueva identidad para ocultar su pasado.
Como dice el refrán, «la mentira tiene patas cortas» y, en este caso, el dicho se cumplió una vez más. Días atrás, una joven de 21 años comenzó a investigar por Internet sobre su autora favorita y, para su sorpresa, descubrió que ella era, nada más y nada menos, que su madre, a quien creía perdida.
Según trascendió, la ahora novelista era, siete años atrás, Sandra Gebert, una mujer casada y madre de cinco hijos que, un buen día, le informó a su familia que había decidido emprender un viaje para cambiar por un tiempo su rutinaria vida.
Desde el momento en que ella desapareció, sus familiares sólo se dedicaron a buscarla sin resultados favorables, hasta el punto de haberla llegado a considerar muerta. Ninguno de ellos se imaginó que la figura materna los había abandonado para rehacer su vida lejos de toda esa realidad.
Sin embargo, este gran secreto de la escritora quedó al descubierto cuando una de sus hijas encontró un perfil donde aparecía la foto de su madre. En él, los datos daban cuenta de que Sandee McCann era la esposa de Michael McCann, con quien residía en Coventry.
Una vez que el pasado oculto de la autora se hizo público, el diario The Sun, reproduce Infobae, intentó contactar a la protagonista de esta historia pero McCann (o Gebert) prefirió no dar explicaciones sobre sus «asuntos familiares».
Por supuesto, esta revelación sobre la vida íntima de la escritora no opaca su talento en el plano literario pero, tal vez, esta falta de sinceridad produzca entre los lectores un cierto rechazo hacia ella.
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