Con el fin de aportar más datos sobre la vida del talentoso novelista y narrador cubano Alejo Carpentier, uno de los autores más trascendentes del siglo XX en lengua castellana, ha sido presentado ayer en La Habana «Cartas a Toutouche», un libro que se originó en el marco de una colección ideada para dar a conocer parte del patrimonio bibliográfico de este escritor que nació en Suiza el 26 de diciembre de 1904.
Este material que da por iniciada la serie «Documentos», reúne un total de 138 epístolas que, entre 1928 y 1937, Carpentier le envió a su madre. De todas ellas, sólo dos fueron redactadas fuera de París.
Desde el punto de vista de Rafael Rodríguez Beltrán, quien ocupa el cargo de vicepresidente en la fundación que se creó en memoria del responsable de títulos como «El reino de este mundo» y «Los pasos perdidos», estos mensajes que bien pueden ser interpretados «como una especie de novela» proporcionan información importante «sobre los años de formación de Alejo en la capital francesa, los cuales fueron trascendentales para su vida posterior».
Si bien las cartas tuvieron origen privado, indican desde la agencia EFE, con el tiempo se ha decidido difundirlas con el propósito de ampliar los conocimientos sobre la figura de Carpentier, quien, de acuerdo a las palabras de Rodríguez, al desempeñarse como corresponsal en París asumió un papel de «interlocutor entre dos culturas» ya que ayudó a posicionar a América Latina en Europa.
En los próximos meses, además de intentar mantener vivo el interés de los expertos por el contenido de «Cartas a Toutouche», la Fundación Alejo Carpentier lanzará una nueva publicación de carácter epistolar pero, en dicha oportunidad, será la correspondencia que intercambió el novelista cubano con el músico hispanocubano Julián Orbón la que llene cada una de las páginas.
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