El Palacio de Bellas Artes de la Ciudad de México comenzó a construirse en 1904 pero, por diversos inconvenientes, recién pudo completarse tres décadas después. Fue inaugurado oficialmente el 29 de septiembre de 1934, con una función de gala. Desde entonces forma parte de la historia cultural mexicana.
Sus paredes cuentan con murales de Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros y otros grandes artistas. En su sala principal se presentaron Luciano Pavarotti, María Callas, Plácido Domingo y las más importantes orquestas filarmónicas. El recinto también supo albergar innumerables eventos culturales.
Por todo esto y por mucho más, diversos escritores mexicanos realizaron un homenaje al Palacio de Bellas Artes por sus ochenta años de historia. En ese marco, Margo Glantz, Elena Poniatowska y Jaime Labastida Ochoa participaron de un acto que contó con la moderación de Bernardo Ruiz.
Labastida Ochoa, poeta, ensayista y director de la Academia Mexicana de la Lengua, fue el primero en tomar la palabra, al leer un texto titulado “El espacio de la literatura en los ochenta años del Palacio de Bellas Artes”.
Aunque lamentó que el espacio que se le dedica a la literatura en el recinto sea algo escaso, definió al Palacio de Bellas Artes como el “más bello de los teatros renacentistas” que existen en el mundo, según recoge Informador.com.mx.
Glantz, por su parte, afirmó que el Palacio se encuentra “ligado” a su propia vida y a la “historia de la cultura” de México tras la Revolución. La escritor incluso comentó que en este lugar tuvo la suerte de ver “por primera vez una ópera”.
Poniatowska, por último, realizó una descripción poética al definir al Palacio de Bellas Artes como un “entrañable merengue blanco con ribetes dorados”. Además señaló que quien expone o se presenta en este sitio accede a la “consagración”, reproduce El Universal.
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