Hace algunas horas, varios autores resultaron distinguidos en un certamen mexicano que el pintor Francisco Toledo instauró en 2011 para promover la creación literaria en lengua zapoteca. Se trata de una convocatoria en la cual colaboran la Editorial Calamus, el Centro Fotográfico Manuel Álvarez Bravo, la Asociación Amigos del Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca y el Centro Nacional de las Artes.
Según se informó en el Centro de las Artes ubicado en San Agustín, un municipio del estado de Oaxaca, en el rubro Poesía sobresalió Héctor Pineda Santiago con una propuesta denominada “De amores y otros temblores”.
En declaraciones a la prensa recogidas por El Diario de Coahuila, este ganador hizo foco en la importancia de este estímulo para lograr que la lengua originaria se promueva y valore entre las nuevas generaciones. Desde su punto de vista, este reconocimiento refleja la “resistencia” para que la herencia cultural no se opaque y siga vigente, por ejemplo, la lengua zapoteca.
Antonio Cruz Manzano, por su parte, mereció el Premio de Narrativa gracias a “Los Caballos del Tesoro”, mientras que el trío conformado por Paulo Aldair Jerónimo Orozco, Leviel López Sánchez y Miguel Güendulain cautivó al jurado con “Mi río Las Nutrias” y pudo así liderar la categoría de Canción. También es interesante mencionar que Felipe de Jesús Noriega Figueroa, responsable de “Una bruja nueva”, se quedó con el Premio Mario Molina de Literatura Infantil. El Premio Especial que se concede a quienes viven en Los Ángeles (California), en cambio, esta vez ha quedado desierto.
Por sus buenos desempeños creativos, en esta edición del certamen respaldado por el gobierno federal a través de la Dirección General de Culturas Populares, Indígenas y Urbanas consiguieron menciones de honor Aneida Pineda Figueroa (quien compitió en Literatura Infantil con “Un oficio para ela”) y Fernando Valdivieso Magariño (condecorado en Poesía por “Al pasar de los años”).
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