Andrés Quintanilla Buey, el poeta que se desempeñaba como presidente de la Academia Castellano-Leonesa de Poesía, falleció durante la jornada de ayer víctima de una enfermedad que lo aquejaba desde hacía tiempo y por la cual se encontraba internado desde hacía unas semanas en un centro hospitalario de Valladolid.
Al enterarse de esta lamentable noticia, Jesús Fonseca, miembro de la academia y delegado de «La Razón» en Castilla y León, aseguró que el escritor fue «el gran impulsor» de la Academia ya que logró reunir allí a «poetas de todas las provincias y hacer de ella un lugar de encuentro». Además, tal como reproduce el Diario de Ávila, lo recordó como un «hombre de mano tendida y de corazón noble, sencillo y bueno» que sabía transmitir bondad y plasmar en su obra poética algo muy íntimo y fresco a la vez que «le brotaba del corazón».
Nacido en Palencia en 1932, Andrés Quintanilla Buey comenzó a incursionar en el ámbito literario a través de la revista «Juan Baños», publicación que se convertiría en el punto de partida del grupo literario Sarmiento. «Arambol», «Campo grande», «Al borde de tu sueño», «Los niños de las cruces» y «Después del atentado» fueron algunas de las obras creadas por este autor que colaboró de forma habitual con el Instituto de Investigaciones de Estudios Abulenses y con la institución Tello Téllez de Meneses.
A lo largo de su trayectoria, quien también fuera miembro de la Academia de Juglares de San Juan de la Cruz recibió una gran cantidad de reconocimientos, entre los que se encuentran premios como el Boscán, el XIII Premio de Poesía Fray Luis de León, el Ciudad de Ceuta, el Ciudad de Valladolid, el Premio Nacional Tomás Morales, el Casino de Mieres de Novela Corta y el Ciudad de San Sebastián de Cuento.
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