La Fundación Rafael Alberti podría transformarse en un museo

Desde que María Asunción Mateo renunció a su cargo como presidenta de la Fundación Rafael Alberti (episodio que fue informado por Poemas del Alma hace poco más de un mes), el futuro de ese centro creado para difundir la obra y mantener vivo el recuerdo del poeta español nacido en el Puerto de Santa María de Cádiz el 16 de diciembre de 1902 ha sido incierto.

Rafael AlbertiEl panorama no es fácil debido a la mala situación financiera que atraviesa la entidad y a su imposibilidad de desarrollar los objetivos planteados en los estatutos que la rigen, razón por la cual todo indica que se elegirá el camino de la disolución del proyecto.

Si bien todavía no se ha anunciado de forma oficial el cierre de la institución, Millán Alegre Navarro, el delegado municipal de Cultura en el Ayuntamiento de El Puerto de Santa María, ha informado en rueda de prensa que, de forma unánime entre los patronos de la fundación, se tomó la decisión de «realizar un estudio jurídico y económico» sobre la viabilidad y legalidad de la idea que propone «extinguir a la fundación» como tal y reconvertirla en un museo que contenga el legado del creador de títulos como «Marinero en tierra», «Cal y canto», «Sobre los ángeles» y «Versos de agitación».

Semejante transformación ha inquietado a muchos expertos y autoridades españolas, pero el funcionario se encargó de aclarar que será la actual sede de la fundación el eje de las iniciativas futuras en relación a Rafael Alberti. Millán Alegre, indican desde DiariodeSevilla.es, garantizó que la casa de la calle Santo Domingo donde el autor residió durante su infancia mantendrá sus puertas abiertas en condición de museo y «seguirá albergando actividades organizadas por el Ayuntamiento», aunque reconoció que para ello habrá que establecer nuevas condiciones y designar otros responsables.

Comentarios1

  • Raoul Shade

    La mala situación financiera que atraviesa la Fundación Rafael Alberti es parte de la mala situación literaria que atraviesa Europa, más inclinada hacia el entretenimiento comercial tipo Harry Potter, Isabel Allende, Paolo Coelho, Gioconda Belli, etc. y parte de la Decadencia artística es llamar la pintura cómica de Dalí arte, siendo esta una perversión del lenguaje estético. Rafael Alberti fue uno de los grandes testigos de su época. Mientras que García Lorca es fusilado por los falangistas, Dalí pinta el retrato de un embajador franquista en Nueva York y denuncia al gran cineasta Buñuel de comunista y como Dalí era alcahuete del Cardenal norteamericano, logra la deportación de Buñuel. En “La arboleda Perdida: Memorias “de Seix Barral (Barcelona 1978) Alberti cuenta: “(…) creo que al propio Buñuel debimos la exhibición, en los salones de la Residencia, de Entreacto, La concha y el clérigo. Nada más que las horas y El hundimiento de la casa Usher. Los nuevos nombres de René Clair, Germain Dullac, Calvalcanti y Epstein de desplegaban ante nuestrs ojos en un desfile de imágenes sorprendentes, montaje de imprevistas y absurdas metaforas muy en consonancia conla poesia y la plástica europeas del momento (Tzara, Aragón, Eluard, Desnos, Péret, Max Ernst, Tanguy, Masson, etc.) … el cine era lo que me apasionaba“



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