La elección no resultó sencilla. Este año, el jurado del Premio Príncipe de Asturias de las Letras tuvo que decidir cuál de todos los finalistas, instancia a la que habían llegado Ismail Kadaré, el holandés Cees Nooteboom, el italiano Antonio Tabucchi, el novelista británico Ian McEwan y el checo Milan Kundera, merecía ser galardonado en esta ocasión.
Tras evaluar el desempeño literario de cada uno de ellos, el tribunal decidió premiar al escritor albanés nacido en Gjirokaster el 28 de enero de 1936, quien logró sobresalir gracias a «la belleza y el hondo compromiso de su creación literaria».
Kadaré, revela la agencia Telam, consiguió impactar al jurado por su capacidad de describir, mediante un lenguaje cotidiano pero lleno de lirismo, «la tragedia de su tierra y la pesadumbre y carga dramática de la conciencia».
Tras ser informado de este triunfo, el creador de obras como «El general del Ejército Muerto», «El palacio de los sueños», «El puente de los tres arcos» y «El crepúsculo de los dioses de la estepa» no dudó en expresar su orgullo y felicidad por haber recibido «uno de los premios más prestigiosos del mundo».
Horas después de haberse consagrado ganador, Kadaré recibió una felicitación por parte de Manuel Montobbio, el embajador de España en Albania. En declaraciones realizadas a la prensa, el diplomático manifestó que este galardón no sólo constituye «un merecido reconocimiento a su obra» sino que también contribuye «al mejor conocimiento de Albania en el mundo», tal como reproduce Europa Press.
Por su parte, informa ADN.es, Don Felipe de Borbón le hizo llegar un telegrama de felicitación en su nombre y el de su esposa, la princesa Letizia.
Cabe destacar que, por haber sido el vencedor de la categoría Letras del Premio Príncipe de Asturias, al narrador, ensayista y poeta albanés le corresponden cincuenta mil euros (alrededor de 71 mil dólares) y la reproducción de una escultura realizada por Joan Miró.
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