José Luis Sampedro ha sido condecorado en España

Durante la jornada de ayer, el escritor y economista europeo José Luis Sampedro, quien nació en Barcelona el 1 de febrero de 1917, fue distinguido con la Orden de las Artes y las Letras de España. Antes de recibir la condecoración de manos de Ángeles González-Sinde, la ministra de Cultura, el afamado autor resultó honrado con la lectura de una de sus obras más exitosas: «La sonrisa etrusca».

Esta ceremonia y la decisión de reconocer la labor de Sampedro, confió González-Sinde, responde al deseo de las autoridades de realzar «la brillante trayectoria literaria» del español así como también busca destacar «el pensamiento lúcido y comprometido que llena sus obras y ha llenado toda su vida».

Según la funcionaria, «uno es minero de sí mismo y, tras haber bajado a sus profundidades, Sampedro ha encontrado lo mejor de sí mismo. En el buen sentido de la palabra, puede decirse que Sampedro es un hombre bueno».

El destinatario de esta apreciación, cuenta «El Mundo», se presentó emocionado a recibir la medalla porque, de acuerdo a sus propias palabras, esta mención constituye el «coronamiento de su vida».

«Agradezco que todo haya sido tan hermoso», sostuvo este polifacético hombre de avanzada edad que se mostró dispuesto a «vivir lo mejor posible y morir como un acto vital».

Tras manifestar su gratitud, Sampedro resaltó que, con los años, ha adquirido la capacidad de ser «aprendiz de sí mismo» y recordó su condición de disidente por no haber «compartido las doctrinas oficiales». En la actualidad, por ejemplo, José Luis se muestra en desacuerdo con el sistema económico mundial porque, desde su punto de vista, está basado en un «desarrollo sostenible absolutamente insostenible» y no da lugar a una economía «humana y solidaria».

Antes de finalizar su discurso, el flamante merecedor de la Orden de las Artes y las Letras hizo referencia a la importancia del pensamiento. «Si no hay libertad de pensamiento, no hay libertad humana plena, y si uno no puede ser quien es, no puede guiar su brújula interior», concluyó el admirado autor y economista.