España continúa aprovechando el verano y las vacaciones para promover la lectura. Ya nos hemos referido a una encuesta donde varios escritores realizan recomendaciones literarias para los tiempos de ocio. Ahora llega el turno de la campaña “Lee en la playa 2007”, organizada por la Federación de Gremios de Editores de España (FGEE) y con el patrocinio del Ministerio de Cultura.
A través de esta iniciativa, diez personajes de la literatura universal recorren unos 5.000 kilómetros de las costas españolas mientras reparten regalos a todos los que se acerquen con un libro, un periódico o una revista. La coordinadora de la iniciativa, Julia Luque, mencionó que los personajes están representados por diez actores en la piel del capitán Alatriste, Don Quijote, Sancho Panza, Doña Inés, el capitán Trueno, Mary Poppins, Pinocho, Carmen, Caperucita Roja y un pirata.
Los actores, pertenecientes a la compañía alcoyana Alberto Díaz de la Quintana, realizan pequeños actos donde representan escenas y diálogos extraídos de las obras literarias. Luego, se acercan hacia donde están los bañistas y les obsequian discos voladores, barajas, parasoles y otros objetos. Para acceder a los regalos, los turistas sólo deben demostrar que están leyendo alguna publicación.
Los actores comentaron la buena recepción que está logrando la campaña, sobre todo entre los niños que se sienten atraídos por las figuras de ficción. El director ejecutivo de la FGEE, Antonio María Ávila, manifestó por su parte que esta iniciativa busca sensibilizar a la sociedad sobre el valor de la lectura en la formación del individuo.
La campaña, que va por su segunda edición, se enmarca en el Plan de Fomento de la Lectura que patrocina el Ministerio de Cultura español desde 2001. La caravana literaria habrá pasado a su término por las playas de Zarautz, Laredo, Ribadesella, Viveiro, Cabañas, Santa Cruz de Tenerife, Las Palmas, Fuengirola, Almuñécar, Mojácar, San Pedro del Pinatar, Llarga y La Barceloneta.
Tal como dijimos en otras ocasiones, la lectura es una actividad que no debería dejarse de lado de nunca. Por lo tanto, sería bueno que las vacaciones sean simplemente un nuevo estimulo para acercarse a los libros, y no el único momento del año donde tomamos un libro.
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