Muchas expectativas generó a nivel mundial la llegada de este 21 de diciembre. Algunos, confiados en una cierta interpretación de las profecías del pueblo maya, comenzaron con anticipación a prepararse mental y físicamente para un eventual fin de los tiempos; otros, escépticos, se burlaban de esas creencias pero también hubo quienes aprovecharon la magnitud universal que alcanzó la idea del «fin del mundo» para sacar beneficios comerciales.
De todas las acciones que surgieron a escala global a partir de la supuesta llegada del fin de algo (para unos, el fin del mundo; para otros, el comienzo de una nueva era), en esta ocasión sólo vamos a hacer referencia a la creatividad literaria y a la astucia editorial para contarles qué propuestas surgieron con el símbolo del fin del mundo como disparador.
En México, por ejemplo, el sello SM reunió en una publicación titulada «Así se acaba el mundo» varios cuentos de escritores mexicanos como Isaí Moreno, Alberto Chimal y Alejandro Badillo, entre otros.
La presentación oficial de la obra, indica El Informador, fue programada para hoy en el Centro Cultural Elena Garro que se localiza en Coyoacán. De acuerdo a lo que adelantaron los impulsores de esta recopilación, en «Así se acaba el mundo» hay textos breves para toda clase de lector ya que se buscó combinar en un mismo tomo historias de humor, otras de fantasía y algunas con cierto grado de realidad.
En Bolivia, en cambio, la editorial El Cuervo decidió convocar a escritores bolivianos, uruguayos, peruanos, chilenos y argentinos para reunir en un mismo trabajo visiones diferentes sobre una misma temática: el fin del mundo. El resultado, señalan desde FMBolivia.net, se puede apreciar en «Hasta acá llegamos», un libro que permite descubrir relatos de autores como Edmundo Paz Soldán, Liliana Colanzi, Andrés Neuman, Juan Manuel Candal, Agustín Acevedo Kanopa y Carlos Yushimito, por citar los nombres de algunos de los intelectuales que participaron de esta iniciativa.
Como se puede apreciar, el fin del mundo ha propiciado el surgimiento de nuevos materiales de lectura y, como nada ha variado en la Tierra al menos por el momento, tenemos la opción de aprovechar parte del tiempo que nos queda de vida en compañía de alguno de estos libros de tinte apocalíptico.
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