Libros antiguos como forma de inversión segura

La crisis financiera mundial que se vive por estos días promovió los debates acerca de cuál es la mejor opción para resguardar nuestro dinero: si la compra de euros, de dólares o hasta de oro, entre otras alternativas.

En el marco de la 60 Feria del Libro de Fráncfort, en cambio, quedó demostrado que las publicaciones antiguas representan una inversión segura. Al menos, así se desprende de los datos arrojados por algunos anticuarios, según los cuales se han llegado a pagar hasta 300 mil euros por un manual ilustrado del siglo XIX y 30 mil euros por «Historia natural de las ranas».

Por ese motivo, el anticuario holandés Laurens Hesselink no dudó al asegurar ante la prensa que resulta más seguro comprar libros antiguos «que acciones en un banco», tal como reproduce el diario Los Andes, ya que, según dijo, «los coleccionistas son insaciables con o sin crisis».

Por citar sólo un ejemplo, el pasado 9 de octubre se registró un hecho insólito si se tiene en cuenta que, por ese entonces, el mundo se encontraba envuelto en plena catástrofe financiera: el manuscrito original de la canción «Amsterdam», de Jacques Brel, fue vendido por una cifra superior a los cien mil euros.

Para este sector, revela la coleccionista berlinesa Elvira Tasbach, el principal enemigo no es la situación económica mundial, sino Internet. «Para nosotros la verdadera crisis se desencadenó con la generalización de las ventas en línea, gracias a la cual es más fácil encontrar los libros viejos y, por lo tanto, más baratos», señaló Tasbach.

De todas maneras, es importante destacar que no todas las obras resultan igual de rentables. En la actualidad, cuenta la berlinesa, se registró un descenso de ventas en el segmento de libros antiguos no tan prestigiosos, es decir, en el que un ejemplar puede llegar a costar menos de dos mil euros.

«La clientela tradicional para esas obras desapareció. Hasta hace poco, todo profesor universitario se sentía obligado a tener una hermosa biblioteca llena de libros antiguos. Ya no es así», detalló Tasbach.