Desde hace mucho tiempo, diversas instituciones y organismos oficiales de diferentes partes del mundo ponen en marcha iniciativas y apuestan por múltiples estrategias para intentar incrementar el número de lectores.
En los últimos días, una nota familiar que se viralizó en las redes sociales abrió el debate sobre cuál es el mejor método para generar un acercamiento a los libros desde edad temprana.
Una madre, indica El Confidencial, decidió modificar la clave de WiFi y le avisó por escrito a los hijos que, para saber la contraseña semanal, debían leer el libro “Ana Karenina” (la novela creada por León Tolstói cuyo resumen fue publicado años atrás en Poemas del Alma) porque la respuesta estaba en el color del vestido de la protagonista. Anticipándose al próximo enigma a develar para poder usar Internet, la mujer les informó que había iniciado la lectura de “El conde de Montecristo”, un clásico desarrollado por Alejandro Dumas (padre).
Desde que la cuenta de Twitter @LeemeLibros https://twitter.com/LeemeLibros publicó la imagen de la anotación en cuestión, cientos de usuarios compartieron sus puntos de vista dando origen a un interesante debate sobre si esta táctica es, o no, positiva.
Entre quienes no encontraron buena a esta opción materna aparecen @StudyOfKaos sosteniendo que la alternativa no los motiva sino que los fuerza a consultar un libro y @BiciPcl opinando que la lectura no es una actividad que se tenga que hacer obligados sino “por gusto”.
También el escritor Juan Gómez-Jurado se hizo eco de este escrito presentando el tema como un “increíble truco”. Ante la gran cantidad de comentarios recibidos, entre los cuales hubo numerosas críticas, el autor sostuvo que quien creó el texto no “obliga” a los hijos y desmintió que la lectura sea un “hobby” o una “afición” sino que se trata de una acción “esencial” para el desarrollo humano. Asimismo, calificó como “admirable” la intención de estimular el hábito lector con “un pequeño juego” y aseguró que lo mejor que se puede hacer por el prójimo es compartir con él “pasión”, “luz” y “conocimiento”, tres cuestiones que, según sus palabras, se resumen libro en mano.
Por supuesto, el debate no ha concluido y cada vez son más los interesados en opinar defendiendo sus posturas con toda clase de argumentos. En este marco, se favorece tanto la lectura como la escritura: ¡misión cumplida entonces!
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