Manuel Araya asegura que Neruda murió por orden de Pinochet

Ya han pasado más de treinta años desde el fallecimiento del destacado poeta Pablo Neruda, pero la muerte de este gran escritor chileno parece no haber quedado en el olvido ya que, por estos días, es objeto de una investigación judicial que se lleva a cabo en Chile.

El deceso del creador de «Veinte poemas de amor y una canción desesperada» volvió a ser motivo de interés internacional a partir de la denuncia formulada por distintos grupos políticos y familiares sobre el posible asesinato del autor.

Una de las personas que ha alimentado esta controvertida teoría es Manuel Araya, quien supo desempeñarse como chofer y asistente personal del poeta. Según él, lo que mató a Neruda no fue, como se sostuvo siempre de modo oficial, el cáncer de próstata que padecía sino «una inyección que se le aplicó con el propósito de evitar su exilio y su surgimiento como opositor al régimen de Augusto Pinochet».

De acuerdo a su versión, el propio escritor le reveló que un día antes de viajar a México invitado por el presidente Luis Echeverría, mientras se encontraba durmiendo, «entró un médico» y le suministró una inyección en el estómago. Poco después, el chileno «estaba afiebrado y rojizo», razón por la cual el médico que lo examinó le recetó unos medicamentos.

Araya había ido a comprarlos cuando supuestos oficiales le efectuaron un disparo que impactó en una de sus piernas y, tras golpearlo, lo llevaron detenido al Estadio Nacional. Ese mismo día, asegura el chofer, Neruda falleció.

Si bien reconoce que el poeta padecía cáncer de próstata, él asegura que la enfermedad estaba controlada. «Él estaba hospitalizado por seguridad, porque podían matarnos en la casa», insiste el polémico promotor de la idea del asesinato, un hombre que hasta se animó a señalar a Pinochet como el que dio la orden de matarlo «porque no le convenía que se fuera del territorio nacional».

Para Araya, cita la agencia Europa Press, se tomó tan drástica decisión porque «Pablo Neruda era un peso muy grande en el mundo. Él quería llamar a los intelectuales y a los presidentes del mundo para que lo ayudaran a devolverle la democracia a su país».

Tan pronto como se hicieron públicas estas declaraciones, las autoridades de la Fundación Pablo Neruda emitieron un comunicado para desmentir al chofer ya que, para ellas, «no existe evidencia alguna ni pruebas de ninguna naturaleza que demuestren que el escritor haya muerto por una causa distinta del cáncer avanzado que lo aquejaba desde hacía tiempo».

Para no darle más trascendencia al asunto, desde la entidad trataron de frenar su avance al decir que «no es razonable construir una nueva versión de la muerte sólo sobre la base de las opiniones de su chofer, quien viene insistiendo con este tema sin más pruebas que su parecer».

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