Un misterio que llevaba varios siglos acaba de ser resuelto. Aunque todo indica que nunca habrá certezas en la resolución, sino que será cuestión de confiar en las estimaciones de los científicos.
La historia comenzó el 22 de abril de 1616, cuando las complicaciones generadas por la diabetes causaron la muerte a Miguel de Cervantes y Saavedra. El célebre escritor fue sepultado en el Convento de las Trinitarias Descalzas de San Ildefonso, en Madrid.
Con el paso de los años, diversos cambios arquitectónicos hicieron perder el rastro del féretro del autor de “Don Quijote de la Mancha”. Para ubicar los restos, un grupo de especialistas inició una búsqueda intensa varios meses atrás.
En junio del año pasado, un georradar permitió detectar cerca de treinta nichos con restos óseos, situados en la cripta de la iglesia. Comenzó entonces un trabajo de análisis con “técnicas no invasivas”.
Hace poco menos de dos meses, los expertos hallaron un ataúd que lleva la inscripción “MC” hecha con tachuelas. Después de nuevos estudios, el equipo de antropólogos, historiadores y forenses ahora ha confirmado que, en el interior, están los restos de Cervantes.
Las afirmaciones, de todos modos, no son concluyentes. De acuerdo a Francisco Etxeberria, quien encabezó la investigación, es posible creer “en términos razonables” que, entre los fragmentos óseos encontrados, hay “algunos restos” del escritor.
El impedimento de un cotejo de ADN anula la posibilidad de una conclusión irrefutable. La arqueóloga Almudena García Rubio reconoció que no hay “datos genéticos”, aunque resaltó la “compatibilidad” entre la información “antropológica y arqueológica” y la “documentación histórica”, recoge Reuters.
Etxeberria insistió en que no existe “ninguna discrepancia” entre los datos presentados. Para algunos, de todas formas, no es relevante determinar si se trata, o no, de los restos de Cervantes. Según informa La Nación, José Manuel Caballero Bonald aseguró que no es “importante ni necesario” encontrar los huesos del escritor: en cambio, llamó a “hacer justicia a la persona”.
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